Wednesday, July 28, 2010

Mil amigos

¿Por qué ahora el Facebook es más popular que el Messenger? Es simple: te permite comunicarte sin tener que estar simultáneamente conectado con los demás.

Las llamadas redes sociales no son un fenómeno nuevo, pero la participación masiva las ha hecho rebasar el potencial que sus creadores imaginaron. Aunque la consecuencia más curiosa es una que sí planearon: que puedes volver a encontrar a tus amigos de otras épocas. Los amigos de la primaria, por ejemplo. U otros amigos cuyas direcciones de correo ya caducaron.

Y esto es bueno porque a veces hay amistades que se extraviaron y que retoman su curso.

Pero la verdad muchas veces nada más sirve para aumentar tu cuenta de amigos, especialmente cuando ni te acuerdas tanto de ellos o ellos de ti, o cuando recuerdas que el motivo de que la amistad decayera fue la falta de intereses comunes.

Al menos ahora nos ahorran el tiempo de hacer reuniones de exalumnos o cosas así, en las que los grupitos establecidos seguirán establecidos mientras que los que no encajan seguirán sin encajar, sentados mirándose unos a otros y tomando café mientras se hacen preguntas bobas. Al menos ahora puedes leer el perfil de estos amigos y decidir si será un número más o si vale la pena intentarlo de nuevo.

Ahora podemos estar todos conectados, y todos tenemos DSL y acceso móvil a Internet, WiFi gratuito en muchos lugares... ¡rayos! Cada vez es más difícil inventar pretextos para dejar las telarañas crecer.

Yo siempre he sido una persona de pocos amigos porque para mí es difícil encontrar intereses en común. No tengo intereses tan bizarros pero sí suelo investigar mucho de lo que me interesa y cuando digo que me gusta la música de cierto grupo es porque conozco hasta las leyendas urbanas detrás de los significados de sus canciones escuchadas al revés. Y eso me deja con la tarea de tener que explicarle todo a mis nuevos amigos que supuestamente también les gustaba tal cosa, y no es que no me guste explicar... pero muchas veces mentimos en nuestros intereses y cuando alguien nos suelta la verborrea activamos el blablableador.

Entonces procuro tener amigos con lapsos de atención predecibles (por mí), y que no les aturda que les suelte una montaña de trivialidades de vez en cuando. Y de preferencia que también me sorprendan con conocimientos avanzados de cosas que yo ni sabía que existían. Pero que no sean de esos frikis que no viven su vida por andar viviendo los chismes de los famosos o cosas así, eso no sirve.

Friday, July 9, 2010

Cómo duermes

El tiempo pasa y los proyectos que teníamos van acumulando polvo, incluso telarañas. No sé si todos tienen esa misma dificultad pero yo en lo personal encuentro complicado mantener mi enfoque en una sola cosa por mucho tiempo.

Cuando tenía 8 años quise aprender a tocar la guitarra. También cuando tenía 10, 12 y 14, pero no logré ningún avance hasta que tuve 16 años. ¿Qué hubo de diferente? Que no estaba solo. Saltiel y Carlos también estaban aprendiendo, y poder intercambiar experiencias, acordes y
platicar de lo que estábamos haciendo era de alguna forma una motivación.

También ayudó el hecho de que había aprendido algo más de música gracias a que un año antes, en la escuela, Saltiel y yo sacábamos canciones de Caifanes y otras contemporáneas en la flauta, sentando un precedente de saber las notas y poder ir más allá del método de Guitarra Fácil (que honestamente nunca se me dió). Pero de nuevo, eso funcionó porque teníamos con quién compartirlo.

Y muchos otros de mis proyectos avanzan o se pasman según si hay o no con quién compartirlos. Aprendí a dibujar desde que iba en la primaria porque siempre tenía alguien a quien mostrarle mis dibujos; en cuanto dejé de tener audiencia, dejé de dibujar. Ratasoft se fundó porque
teníamos quorum, y cuando se acabó, se acabó.

¿Qué sigue ahora? Pues hay una plétora de cosas que me gustan hacer, que a mi Pollito le gusta hacer también, y que esperamos que a nuestra Princesita también le gusten.

A veces extraño estar solo cuando pienso en las posibilidades. Yo sólo tendría ya esta guitarra Ibanez Artcore eléctrica de cuerpo tipo jazz y un teclado Hammond, entre muchas otras cosas. Pero luego recuerdo que todas esas cosas servían para llenar un vacío que ahora no existe. Y que de todas formas eventualmente las tendré, y las disfrutaré más, y la espera no será angustiosa. Antes podía permanecer despierto hasta las 9 de la mañana porque sentía ansiedad, y me aventaba 10 horas seguidas de cualquier actividad: programar, tocar o videojuegos, principalmente. En cambio ahora duermo más tranquilo que nunca.

Thursday, June 10, 2010

De inmediato

La generación actual espera resultados de inmediato. Quizás es una mala costumbre de parte de la televisión, o qué sé yo. Lo que es un hecho es que no existe la paciencia para esperar a ver resultados.

Hace algunos ayeres tenía una cámara Kodak Ez200. Era una pequeña cámara digital de resolución VGA (y tomaba fotos excelentes gracias a su sensor de 7x7 mm), con la rarísima cualidad de que no tenía display. La memoria interna guardaba unas 130 fotos, y lo único que podías saber era cuántas habías guardado y aproximadamente cuántas más podías guardar; para verlas tenías que esperar a descargarlas a la computadora.

Esto significa que todos posaban lo mejor posible para la foto y... y ya. Y era muy divertido reunirse a descargar las fotos, pues muchas salían como se suponía pero muchas otras daban resultados totalmente bizarros. Era como revelar un rollo fotográfico pero con la diferencia de que en ese momento podías llevarte copias—si traías diskettes.

Quizás ese tipo de trabas que tuvieron las generaciones anteriores les ayudaban a tener más paciencia y más serenidad. En cambio ahora no podemos tomar más de tres fotos seguidas sin que todos quieran verlas en el display.

Pero al menos ahora podemos más o menos evitar que suban al Face una foto nuestra que no nos gustó.

Wednesday, May 5, 2010

Ausenticismo

Cuando eres niño puedes hacer lo que quieras... claro, suponiendo que tengas permiso de hacerlo.

Cuando eres adolescente ya puedes hacer todo lo que tú quieres... sólo que no tienes dinero para hacerlo.

Después eres adulto y tienes toda la autoridad y el dinero para hacer lo que tú quieras... pero ya no te queda tiempo en el día para hacerlo.

¿Cómo se resuelve este conflicto?

Como joven adulto me enfrento al conflicto del tiempo. A veces quisiera partirme en dos, o incluso en tres. Me esmero en el trabajo para nunca tener que cubrir horas extras. Hasta duermo intensamente para descansar en 4 horas y no en 8.

Hay quienes creen que la felicidad está en el dinero. Otros en el éxito profesional, en el matrimonio, en la televisión.

¿Yo? Yo la encuentro en mi familia. Ninguna actividad (trabajos, deportes, pasatiempos) me ha dejado más satisfacciones que el tiempo que comparto con mi familia.

Yo de niño escapé a los permisos y las prohibiciones; de adolescente construimos equipos de sonido para llenar el vacío en el espacio perteneciente al amplificador Marshall de 100 watts que ahora descansa en la sala.

Y de adulto encontraré también una salida. O moriré en el intento.

Pero por ahora, posteo.