Thursday, June 9, 2011

Va por dos

Comencé a escribir aquí poco tiempo antes de casarme. Ahora faltan pocos días antes de que nazca nuestra segunda hija. Esto me convierte, en ese respecto, en un vanguardista de mi generación.

¿Qué ha sido diferente? Bueno, estoy acercándome a los 30, las desveladas ya no son lo que eran. Sobre todo cuando no puedes seguirte la mañana hasta las 2 pm porque cierto personaje tiene que desayunar. La relación de pareja obvio que también sufre con esto, pero creo que más sufre por el embarazo.

En cuestión financiera nunca hemos estado sobrados, pero antes de que naciera Giselle los dos trabajábamos y pudimos hacer un stock de pañales y otros insumos que nos hicieron un gran quite el año pasado. Este año me cambié de empleo y si bien nuestro ingreso actual iguala el que teníamos entonces, es cierto que se ha perdido poder adquisitivo. En otras palabras, no tenemos un stock inmenso de pañales que nos dure un año... apenas y para un mes.

Por la cuestión de las niñas es complicado hacer cosas que hacíamos antes, como tocar en una banda. Yo espero que dentro de dos años, cuando la pequeña Gina ya esté caminando, y Giselle esté bastante parlanchina, se puedan quedar con sus abuelos o sus tías sin problemas.

Por ahora sólo es disfrutar. El dinero no rinde y somos un caos para ordenar la ropa, pero nada de eso nos ha impedido perdernos los primeros momentos de Gissy: gateos, "solitos" y pasos seguros, risas, juegos, palabras...

Van como tres veces que por andar cargando a Giselle olvido el boleto del estacionamiento en la máquina de autopago, dos de ellas en Parque Delta. Supongo que me tengo que acostumbrar, ya que cuando no cargue a una estaré cargando a la otra.

Gissy es pequeña y le enseño a escalar y a hacer todo tipo de maniobras. Rifa más en el playground que muchos niños del doble de edad, y espero que Gina le siga los pasos.

Y que su mami se pueda relajar, viendo House o la serie du jour en nuestra tele Full HD que compramos como semana y media antes de que llegara Gissy.

La vida es buena. Hay problemas por todos lados, pero las cosas buenas los opacan. Todo lo amargo de la semana pasada se olvida al escuchar a Giselle pedir "ello" (hielo). Para su Coca, desde luego, que también pide.

Soy una mala influencia.